La mujer siempre ha tenido un rol importante en la historia, sin embargo pasaron siglos para que se les empezara a reconocer. El 8 de marzo de 1852 obreras textiles se manifestaron contra la industria Cotton de Nueva York por mejores condiciones laborales, teniendo como consecuencia la muerte de 129 mujeres. Esta fecha tiene más antecedentes, como el papel que tomaron ellas en la Primera Guerra Mundial, y por otro lado la lucha del sufragio femenino.
Lo anterior suena como algo que ya quedó en el pasado, sin embargo casi 200 años después la lucha de las mujeres frente a las desigualdades continúa. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el año 2015 la brecha salarial en el cono sur alcanzaba el 21,4%.
Los países de la región han tomado distintas medidas para poder cambiar esta situación. Chile fue el primer país en Latinoamérica en reforzar sus legislaciones frente a esta problemática. El año 2009 se aprueba la Ley 20.348 que introdujo una modificación del Código de Trabajo, teniendo como objetivo principal reconocer el derecho de las trabajadoras a obtener igual salario que los hombres si es que ambos realizan el mismo trabajo, siendo esto una obligación para todos los empleadores.
El año 2012 se comienza a implementar la NCh 3262. “La Norma Chilena 3262 busca promover la igualdad entre hombres y mujeres, y generar un impacto positivo en las organizaciones, las personas y su entorno. Esta iniciativa propone la implementación de un Sistema de Gestión de Igualdad de Género y Conciliación (SIGIGC), de la vida laboral, familiar y personal de responsabilidad compartida al interior de las organizaciones”, se explica en el sitio web del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
“Las mujeres pueden aportar una mirada distinta al interior de las organizaciones, además de mayor diversidad. Una mayor cantidad y proporción de mujeres en
cargos directivos aportan no solo una mirada distinta y renovada, sino que también un mejor clima laboral, mayor flexibilidad en cuanto a prácticas de corresponsabilidad y conciliación, por tanto generan una cadena de valor y compromiso desde los altos cargos hacia el resto de la organización”, explica la Bárbara Paulsen, periodista de la Universidad Diego Portales, especializada en comunicación con perspectiva de Género, Inclusión y Diversidad, y consultora de proyectos de LATAMNOVA en el área.
LATAMNOVA consciente de la necesidad de catalizar los cambios sociales al interior de las organizaciones, apoya a estas últimas en sus procesos de adaptación cultural y de gestión, mediante asesoría especializadas, consultoría y formación en las áreas de inclusión, género y diversidad. Si quieres conocer más y obtener asesoría al respecto, ponte en contacto con Comunicaciones de LATAMNOVA al email: rocio.navarro@latamnova.com